domingo, 27 de junio de 2010

Dale, que te pego

Sólo, me ofrezco,
hoy calmarán tu ardor
mis ansias viles.
De frente y costado
inyectando en seco
olvidando el calor,
da una y da miles.

Cómo saber si su silencio era sincero?
decía la musa de un Krahe embustero.
La zurda dibujaba en circulares maestras
y de excelsas malabares da la diestra,
un recital sin cotejo,
un concierto sin festejo,
una prosa más bien vana
pagará un florín
-eso sí es festín-
en mi aduana.

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