Y se va lo que te queda,
y la angustia permanece.
Y no es un stop, sino un ceda,
maldito martes y trece.
Maldita falsa moneda
la que te quita el destino,
el ladrón caza en la veda
en que transita el desatino.
Llegará el momento -y digno-
en que saldrás por la puerta;
no encontrarás otro signo
y parecerás sombra yerta.
No es pasado, es lejanía,
levantando polvareda,
cortarás esta agonía
sobre tu nueva vereda.
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